María Elena

Diseño de iluminación: DIAV Lighting + Ciluz

Paulina Villalobos, Ximena Muñoz, Bárbara Córdoba

Colaboración desarrollo iluminación: Pablo Soto, Tamara Lizama, Natalia Cortés

Cliente: Enel + Municipalidad de María Elena

Instalación eléctrica y luminarias: Ernesto León

La Oficina Salitrera María Elena es un pueblo en la zona más árida del Desierto de Atacama, inaugurada en 1926 representa un paradigma urbanístico de la Revolución Industrial como ciudad ideal completamente planificada, asociada a toda una cultura de sobrevivencia alrededor de la pampa.

Bajo la iniciativa de realizar un plan maestro de iluminación y poner en valor el patrimonio arquitectónico de edificios históricos se propuso iluminar en una primera etapa 6 lugares relevantes para la comunidad: La Iglesia San Rafael de Arcángel, El Teatro, Las Torres de Agua, La Locomotora, La Plaza Coya Sur y la antigua Estación de Trenes. A partir de la participación ciudadana y reuniones con las autoridades del municipio se rescataron los objetivos y expectativas para el diseño de iluminación, incorporando criterios de protección medioambiental en relación a la contaminación lumínica y los principios Darksky.

Como principios generales, toda la iluminación de fachada es de 2700K, utilizando líneas escondidas en detalles de cornisa, escondiendo las fuentes de luz y para control del deslumbramiento. El letrero histórico del nombre de la estación de trenes está iluminado con un spot de 2200K y sólo 445 lúmenes desde un poste, para iluminar el lugar de encuentro de ciclistas. La Iglesia, el Teatro y la Estación se iluminan desde su perímetro superior, cornisas nuevas y existentes, para revelar los planos de fachada.

Para zonas más lúdicas se utiliza color, comprobando vía cálculo fotométrico que la luz no se “escapa” hacia el cielo, siempre tiene un “techo”, en la Plaza Coya, Locomotora y las Torres de Agua.

La Plaza Coya Sur es el punto de encuentro más visitado por los jóvenes, el diseño de la glorieta se basa sobre un espacio que simula un espejo de agua, cuya existencia es imposible en el desierto más árido del mundo, por lo que durante la noche se ilumina con verde y azul para evocar el agua bajo la estructura. El techo se ilumina perimetralmente desde su interior para resaltar el trabajo de la madera.

Las torres de agua tienen una programación que recuerda el salitre y el agua en tonos turquesa (con porcentajes de color regulados para cumplir con la normativa de contaminación lumínica), iluminada con óptica de 8º de apertura la estructura recibe la luz y frena su propagación hacia el cielo, iluminando su base redonda y permitiendo ver el cielo estrellado.